jueves, 9 de febrero de 2017

Guía de Trabajo Vitalis sobre la temática Ecológica.


Débil gestión integrada de los recursos hídricos.
Incremento de la contaminación atmosférica.
Inapropiado manejo de los residuos y desechos sólidos.
Vertidos de hidrocarburos a cuerpos de agua.
Mal manejo fitosanitario de arboles urbanos en las principales ciudades del país.
Derroche de agua y energía eléctrica como prácticas habituales de la ciudadanía.
Mal manejo de especies domesticas.
Pocos esfuerzos en materia educativa ambiental.
La basura electoral.
La basura proveniente de la promoción de espectáculos.
Anarquía en el subsector de motos.
Carencia de planes y estrategias eficientes que permitan conocer, comprender, manejar y generar los mecanismos para minimizar los impactos del cambio climático e impulsar las medidas de adaptación.
Pocos esfuerzos en la planificación, monitoreo y conservación de las ares protegidas.
Amenaza de afectación de linderos de los Parques Nacionales.
Debilitamiento de la función de guardería ambiental y de control.
Persistencia del comercio ilegal de animales y plantas silvestres.
Mal manejo de residuos y desechos electrónicos.
Mal manejo de medicinas vencidas.
Proliferación de sistemas de generación de energía eléctrica.
Mal manejo de vectores de enfermedades metaxenicas.
Falta de coordinación entre el gobierno nacional y los gobiernos estadales y municipales.
Inapropiado manejo de agroquímicos, pesticidas y fertilizantes.
Falta de información fidedigna en los productos y alimentos que se comercializan.
Débil estructura de planes de contingencia ente desastres socio natural.
Ausencia de una política ambiental dirigida a favorecer un turismo ambientalmente sustentable.
Limitada inversión en investigación científica orientada a documentar la situación de la biodiversidad venezolana.
Emisión atmosférica contaminante en las adyacencias a complejos petroquímicos como el Tablazo y José.
Limitado control de especies exóticas en el país.
Limitada inversión en el manejo de las ABRAE.
Persistencia de la minería ilegal en el sur del país.
Débil actuación ambiental de las ONG.
Amenaza a la integridad de algunas reservas naturales.
Eutrofización de diversos cuerpos de agua.
Inexistencia de un Sistema de Indicadores Ambientales.
Falta de planes de conservación de especies faunísticas.
Emisiones atmosféricas por incendios forestales y de basura.
Mayor acumulación de Coque en la zona de Oriente.
Carencia de centros profesionales y de personal para la recepción, mantenimiento en cautiverio y reinserción a su hábitat natural de las especies silvestres.
Carencia de centros para recepción, mantenimiento en cautiverio y ubicación de especies domesticas.
Falta de respuesta institucional ante las solicitudes planteadas.
Poca claridad en el manejo de los pasivos ambientales.
Limitada participación de los sectores científico, académico, tecnológico en las consultas públicas.
Debilitamiento de la función educativa y reproductiva de los zoológicos.
Poca inversión y desarrollo de la infraestructura de conservación in situ y ex situ.
Falta de preparación de la ciudadanía en torno a fenómenos naturales.
Falta de seguimiento a compromisos nacionales como el Plan Nacional para la Atención de Riesgos Naturales.
Deforestación para fines agrícolas y urbanísticos.
Inseguridad en parques de recreación y algunas aéreas naturales protegidas.
Carencia de un sistema eficiente, automatizado y confiable de alerta temprana.
Degradación de algunas cuencas.
Casería furtiva.

Tímida actuación oficial frente a los ilícitos ambientales.

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